Veo que,  en casi todos los blogs de los que me precedieron en el uso de tan innovador formato de papel de escribir, se  inicia la tarea con la redacción de unos párrafos  como  presentación.

Así lo hago yo. Cuando, no hace mucho,  empecé a navegar con habitualidad por la red (menuda contradicción: ¿quien o que puede navegar entre redes?) creí descubrir una dimensión  sorprendente, irreal, casi mágica. Según me explicaron había que pinchar sobre algo y entonces ¡abra cadabra ¡ tras unos instantes de expectante espera  aparece  una  interminable serie de artículos  y una tremenda galería de fotos e imágenes. Que alegría casi por arte de magia se ha abierto una voluminosa enciclopedia ilustrada ante mí.

Sin atreverme a mirar hacia arriba ni hacia abajo, ni a un lado ni al otro porque todo esta lleno de unos dibujitos, a los que llaman iconos de los que algunos,  además,  no paran de moverse, agarro de nuevo el ratón y me preparo para seguir mi travesía.
¡Demonios ¡ sin querer he tocado el botón derecho ¿ que habré roto ? nada me dicen todos, nada se puede romper, me insisten. Aun hoy no lo termino de creer, si no,      ¿porque me sigue produciendo un sobresalto el tocar accidentalmente ese botón?.

Como he dicho todo esto me parece fantástico, fantasmagórico.
Superada esta tópica fase me aventuro en una mar llamada  la blogosfera con la intención fundamental, por un lado, de datar las etapas de mi periplo y por otro la de hacerlas accesibles fácilmente a mis amigos, proporcionándoles, al mismo tiempo, un espacio donde ellos puedan colgar  sus  comentarios, artículos o relatos  y también sus dibujos, cuadros o viñetas de manera que no solo yo los vaya conociendo, en profundidad, a todos y ellos a mi si no que todos  se conozcan entre si.