SIN VERGÜENZAS
Gerardo Díaz Ferrán, presidente y adalid de la Conferencia Española de Organizaciones Empresariales, más conocida por sus siglas CEOE, manifestó hace unos días que era urgente; si se quería detener la destrucción de empleo e incluso posibilitar la creación de nuevos puestos de trabajo; la adopción de las medidas siguientes:
– Que los ERE (expedientes de regulación de empleo) no tengan que ser aprobados previamente por la Administración, con ello se conseguiría una mayor rapidez en su tramitación y así resultaría más fácil mantener los puestos de trabajo.
– Que la indemnización por despido sea como máximo de veinte días por año trabajado.
Como sabemos, por ser de dominio público, a los empresarios en general, y en particular a los integrados en esa organización, el interés que verdaderamente les guía, es, por un lado, el de crear puestos de trabajo cada vez de mayor calidad (o sea, más estables y mejor retribuidos), y por otro, el de generar y distribuir riqueza entre los más desfavorecidos. Si algún beneficio les queda o alguna riqueza sin repartir, ellos lo aceptan sin vergüenza ni remordimiento alguno, pues su ánimo es, como hemos dicho, el de generar empleo y riqueza para todos.
Teniendo en cuenta las altísimas cantidades que directivos, gerentes, ejecutivos o consejeros de grandes empresas y corporaciones perciben como retribuciones, indemnizaciones, blindajes o incentivos, que en algunos casos supone que éstos han recibido 275 veces más dinero que los trabajadores a su cargo (este ratio era de sólo 36 veces en 1976)
Considerando, por tanto, el carácter solidario y desinteresado de la CEOE que casi la convierten en una ONG en el campo de las relaciones laborales, nosotros sugeriríamos a ésta, que impusiera a sus empresas asociadas las medidas, que se dirán a continuación, más solidarias y desinteresadas, si cabe:
– Entidades en cuya gestión se haya cometido alguna infracción penal o administrativa.
Se aconsejaría (discretamente) a su personal directivo que cumpliera las siguientes recomendaciones:
A) Que se vayan indefinidamente a la (puta) calle.
B) En cualquier caso, devolverán el dinero recibido anualmente, que exceda de 100 veces más que la retribución media de sus trabajadores en igual periodo.
C) Tendrán que vivir humildemente el resto de sus días, como la gran mayoría de los españoles (en un piso casi siempre pequeño, con un coche normal…) y
D) Tendrán que prestar, como voluntarios, 65 horas semanales de trabajo social a la comunidad. Colaboración que esta ya les sabrá agradecer.
– Entidades que sin haber cometido infracción alguna, hayan realizado una mala gestión.
En este caso sólo se les sugeriría (siempre discretamente) el cumplimiento de las recomendaciones B), C) y D) sólo 25 horas semanales.
– Entidades cuya gestión haya sido buena o normal.
Sus directivos sólo tendrían que atender las recomendaciones C) y D) sólo 25 horas semanales.
¡Viva el Despido Libre!