Leemos, atónitos, este mismo titular, solo que en forma afirmativa, en un prestigioso periódico de tirada nacional. La noticia, muy breve, es de “agencias” ( ni tan siquiera especifica cuál ) y dice así :
“El coitus imterruptus (popularmente llamado “marcha atrás“ ) es el método anticonceptivo que usan 2 de cada 10 mujeres “.
El periodista (o la agencia) atribuye esta importante conclusión al estudio Daphne, publicado ayer.
Que sepamos, es el hombre el que interrumpe el coito, cuando nota que la eyaculación es inmediata. Es él, y no la mujer, el que se apea en marcha ( vulgarmente así se conoce además, a este pretendido método contraceptivo, que falla más que acierta) y ello, por una sola razón, a saber, solo nosotros conocemos el momento en el que aquella se va a producir y es justo unos instantes antes cuando interrumpimos la penetración . Si bien es cierto que ellas pueden notar la proximidad de ese instante, somos nosotros quienes hemos de terminar el coito y eyacular fuera de la vagina. Son los hombres y no las mujeres quienes practican la “marcha atrás”.
Tratar de responsabilizar también a la mujer de la adopción y ejecución de este anticuado y obsoleto método desprende un tufo machista que me aturde. Desde la todopoderosa y global industria farmacéutica, pasando por los distintos Ministerios de Sanidad y Salud, hasta la mayoría de los ciudadanos de a pie, siempre se ha tratado de atribuir a las mujeres la responsabilidad, en exclusiva, no solo de todo lo relativo a la concepción, si no también, y desde la revolución sexual, de todo lo concerniente a la contracepción.
Como digo, o bien se trata de otro caso de pestilencia machista que todo lo impregna, o simplemente es otra de las imbecilidades con las que, periódicamente, nos obsequian las agencias de noticias.
Lo mismo podrían haber dicho, que algunos hombres prefieren que se les implante, a ellos mismos, el DIU (dispositivo intrauterino) como método anticonceptivo.